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La economía de EE UU no abandonó su sector manufacturero por casualidad, sino que se especializó progresivamente en servicios de alta tecnología, finanzas, entretenimiento y otros sectores donde su ventaja comparativa es más fuerte. La política comercial de Trump busca repatriar empleos industriales, pero desafía las leyes económicas y la tendencia global hacia la automatización y la globalización. ¿Es posible revertir esta tendencia y recuperar los empleos industriales perdidos? La respuesta no es tan sencilla. La economía global está en constante evolución, y la especialización en servicios de alta tecnología, como la inteligencia artificial y el comercio electrónico, es una tendencia que no muestra signos de debilidad. Además, la política comercial de Trump debe enfrentar desafíos como el proteccionismo y la guerra comercial, que pueden tener consecuencias negativas para la economía estadounidense. En este contexto, es fundamental analizar las implicaciones de la política comercial de Trump y su impacto en la economía global, considerando factores como el comercio internacional, la inversión extranjera y el empleo en sectores como la manufactura y los servicios.